En el año 1522 es cuando se comienzan a sembrar vides y a producir vino de manera formal, el emperador Carlos V ordenó que cada barco que viajara a América llevase con sí plantas de vid y olivo para ser cultivados en las nuevas tierras.
De esta manera la vid se hacía cada vez más presente en la cultura de la Nueva España. Es entonces cuando las primeras vides de vitis vinífera se siembran en lo que hoy es el Estado de Querétaro. Fue específicamente en el valle de San Juan del Río, donde la zona no es tan montañosa como sus alrededores, y suele haber más lluvia que enriquece la vegetación. El cultivo de la vid se propagó por el centro del país poco a poco, hasta llegar al norte específicamente a Parras Coahuila.